"No quise golpearlo. Sé que Tony (La Russa) me dio algo de ayuda en esto"

Kendall Graveman se disculpó con José Abreu, al llegar al campo de entrenamientos de los Medias Blancas de Chicago.

Lo primero que hizo Kendall Graveman al llegar esta semana al campamento de los Medias Blancas de Chicago fue disculparse con José Abreu.

En aquel encuentro de octubre, Graveman lanzaba por los Astros de Houston, que tenían una ventaja de 7-1 sobre los Medias Blancas, y le propinó un pelotazo a Abreu con la cuenta llena.

Eventualmente Houston ganó la serie.

Abreu avanzó a la primera base, sin mayor incidente, pero La Russa, el manager de los Medias Blancas, llegó desde la cueva y discutió durante varios minutos con el umpire del plato Vic Carapazza, convencido de que el pelotazo había sido intencional, ya fuera por decisión de Graveman o por órdenes del manager de Houston, Dusty Baker.

No hubo expulsados.

Él me respondió: ‘Ahora me doy cuenta de eso, pero en el momento no lo sabía'”, relató Graveman, quien se mostró aliviado por la conversación con La Russa.

“Fue una buena forma de enfriar esto”.

Fue abridor en sus primeras cuatro temporadas con Oakland, antes de someterse a la cirugía de Tommy John.

Se considera ahora un relevista, y se une a un bullpen impresionante, que incluye al cerrador Liam Hendricks, Craig Kimbrel, José Kelly y a los zurdos Aaron Bummer y Garret Crochet.

“Se rio”, dijo el lanzador. “Me dijo: ‘Sabía que no querías hacerlo'”.

Asimismo, un umpire arrojó un bate que golpeó accidentalmente a Abreu en una rodilla. Y el cubano se lanzó agresivamente hacia el plato en un wild pitch, lo que derivó en una lesión de tobillo que le costó tres compromisos.

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