Gobierno de Trump acusa a Harvard de violar la Ley de Derechos Civiles y amenaza con mayor pérdida de fondos federales

Una investigación del Gobierno de Trump concluyó que la Universidad de Harvard incurrió en una “grave violación” de la Ley de Derechos Civiles, lo que intensifica aún más el enfrentamiento con la institución, pocos días después de que el presidente Donald Trump sugiriera que estaba cerca un acuerdo para poner fin al conflicto.

Miembros del Grupo de Trabajo Conjunto para Combatir el Antisemitismo indicaron en una carta enviada este lunes al presidente de Harvard, Alan Garber, que la investigación sobre el cumplimiento del Título VI de la Ley de Derechos Civiles por parte de la universidad —que prohíbe la discriminación por motivos de raza, color u origen nacional en programas financiados con fondos federales— ya ha concluido.

“La Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Salud y Servicios Humanos concluye que la Universidad de Harvard incurre en una grave violación del Título VI de la Ley de Derechos Civiles”, señala la carta obtenida por CNN, firmada por la fiscal general adjunta Harmeet Dhillon y otros funcionarios.

La investigación determinó que Harvard fue “en algunos casos deliberadamente indiferente, y en otros, un participante intencional en el acoso antisemita contra estudiantes, profesores y empleados judíos”, con ejemplos como agresiones y escupitajos contra estudiantes judíos e israelíes, imágenes en el campus con “claros estereotipos antisemitas” y un “campamento prolongado no autorizado que generó temor y perturbó los estudios” de ese grupo, según detalla la carta.

La universidad no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios de CNN.

La carta del grupo de trabajo conjunto, reportada primero por The Wall Street Journal, advierte que “no implementar los cambios adecuados de inmediato resultará en la pérdida de todos los recursos financieros federales y afectará de manera continua la relación de Harvard con el Gobierno federal”. Añade además: “Harvard, por supuesto, puede seguir operando sin los privilegios federales, y tal vez esa oportunidad impulse un compromiso con la excelencia que permita a Harvard prosperar nuevamente”.

La carta de este lunes intensifica el conflicto con Harvard, pese a que Trump había dicho a comienzos de este mes que la universidad había “actuado de manera sumamente apropiada” durante negociaciones que, según él, podrían desembocar pronto en un acuerdo. La secretaria de Educación, Linda McMahon, también declaró recientemente que el Gobierno consideraba que Harvard estaba “progresando” y tomando medidas para combatir el antisemitismo en el campus.

“Hemos trabajado de cerca con Harvard, y es muy posible que se anuncie un acuerdo en la próxima semana. Han actuado de manera sumamente apropiada durante estas negociaciones y parecen comprometidos con hacer lo correcto. Si se logra un acuerdo en los términos actuales, será ‘históricamente impresionante’ y muy bueno para nuestro país”, escribió el presidente el 20 de junio en redes sociales.

CNN reportó entonces que un grupo muy reducido de líderes de Harvard y de la Casa Blanca mantenía conversaciones para lograr un acuerdo que pudiera resolver los litigios pendientes entre el Gobierno y la universidad.

Pero las negociaciones se rompieron en los últimos días debido a desacuerdos sobre puntos clave del acuerdo.

“El presidente no está dispuesto a aceptar acuerdos simbólicos ni a dejarse llevar por promesas vacías. Él y su Gobierno siguen comprometidos a trabajar con Harvard, pero esto debe ser recíproco. Harvard no ha cumplido su parte del trato”, dijo un funcionario del Gobierno de Trump.

Los intentos de presionar a Harvard comenzaron incluso antes del regreso de Trump a la presidencia, con sus aliados argumentando que era necesario combatir el antisemitismo en los campus en medio de la guerra entre Israel y Hamas. Pero las acciones del Gobierno responden a una agenda más amplia que ha generado un enfrentamiento importante sobre libertad académica, financiamiento federal y supervisión universitaria, y refleja una creencia en la Casa Blanca de que es un tema políticamente favorable para Trump.

Actualmente, el Gobierno de Trump mantiene dos demandas contra Harvard: una sobre su capacidad de albergar estudiantes e investigadores internacionales, y otra relacionada con la decisión de congelar fondos federales. Harvard, por su parte, ha lanzado una estrategia legal agresiva y está movilizando sus redes de exalumnos.

El mes pasado, CNN informó que la Casa Blanca buscaba alcanzar un acuerdo con una universidad de alto perfil, según una fuente vinculada al sector de educación superior.

“Quieren que una universidad de renombre haga un acuerdo, como hicieron los bufetes de abogados, que abarque no solo antisemitismo y protestas, sino también temas de DEI (diversidad, equidad e inclusión) y diversidad intelectual”, dijo esta fuente en su momento.

Consultado sobre si alguna institución está dispuesta a concretar ese acuerdo, la fuente respondió: “Nadie quiere ser el primero, pero las presiones financieras ya se están sintiendo”.

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