La industria turística de San Francisco, un pilar fundamental de la economía de la ciudad, mostró señales preocupantes durante el fin de semana festivo del 4 de Julio, tradicionalmente una de las épocas de mayor actividad del año. Los dueños de negocios, especialmente en los alrededores de importantes centros turísticos como Fisherman’s Wharf y Union Square, reportaron una fuerte disminución de turistas en comparación con años anteriores.
A pesar del clima soleado y el regreso de las actividades previas a la pandemia, muchos comerciantes dijeron que se quedaron esperando multitudes que nunca llegaron.
“Hoy hemos visto un total de siete turistas extranjeros. ¿Pueden creerlo? Solo siete personas”, dijo Sam Sohal, director ejecutivo de City Sightseeing San Francisco, que opera los icónicos autobuses turísticos rojos de dos pisos con paradas libres.
Sohal dijo que el número de pasajeros que utiliza ahora es mayoritariamente de visitantes nacionales, pero incluso ese grupo se está reduciendo.
“Este año, hasta ahora, ha bajado un 35%”, dijo. “Lo que fue realmente impactante fue junio y algunos días de julio: prácticamente tocamos fondo. Hemos bajado un 50%. Estamos un poco preocupados. Probablemente podamos aguantar el verano. Pero en invierno, si esto es verano, ¿qué va a pasar en invierno? Eso es lo que más nos preocupa”.
Cerca de allí, Bob Partrite, director de operaciones de Simco Restaurants, que gestiona cinco restaurantes y una cafetería en el Muelle 39, se hizo eco de la preocupación. Si bien describió que el negocio en 2025 ha sido “sólido”, junio fue la excepción, ya que el negocio en general experimentó una caída en el número de clientes.
“La adaptabilidad y la flexibilidad en nuestra presencia son clave para el éxito de un negocio”, afirmó Partrite. “Solo tenemos que estar preparados para lo que suceda y ser capaces de adaptarnos. A medida que se ajustan los niveles de negocio, las compras deben ajustarse y, posiblemente, la programación también”.
Muchos en los sectores de turismo y hospitalidad señalan la política nacional como un factor que contribuye a la caída de visitantes extranjeros, citando las políticas de inmigración y las percepciones cambiantes de los EE. UU. en el extranjero.
“Los aranceles y también las políticas de inmigración —que intentan escudriñar a todos, incluso a los turistas— van a su embajada para obtener una visa de turista”, dijo Sohal, sugiriendo que las políticas federales están desalentando los viajes internacionales a Estados Unidos.
Ese sentimiento fue compartido por una pareja de Alemania que viajó a San Francisco para una boda, pero dijo que la decisión fue recibida con dudas.
“La gente nos miraba con extrañeza cuando dijimos que iríamos a Estados Unidos”, dijo Kerem Akkaya. “En Europa, todos nos preguntaban: ‘¿De verdad quieres ir allí ahora?'”
“Nos preparamos más, sin duda, asegurándonos de tener todos nuestros documentos listos. Creo que si no hubiéramos tenido la boda, probablemente no estaríamos viajando a Estados Unidos ahora mismo”, dijo Rozemaryjn Van Der Veen.
En Nick’s Lighthouse, un restaurante de mariscos en Fisherman’s Wharf, la gerente Grace Paik dijo que la atmósfera simplemente no parece verano.
“Es un poco triste. Esto es Fisherman’s Wharf, y ya no es tan animado como antes”, dijo Paik. “Incluso a mí me preocupan los asuntos políticos y lo que pueda pasar en el futuro con nuestro negocio”.
Los empresarios esperaban que, cinco años después del inicio de la pandemia, los niveles de turismo al menos igualaran, o incluso superaran, las cifras de 2019. Pero para algunos, la realidad ha sido muy inferior.
Sohal dijo que podría tener que recurrir a sus ahorros personales si la recesión continúa.
“Nos gustaría que el gobernador Newsom nos ayudara a promover el turismo en California”, añadió, con la esperanza de que la promoción a nivel estatal pudiera ayudar a compensar la desaceleración internacional.
Aunque varios propietarios de negocios elogiaron al nuevo alcalde de San Francisco por las mejores condiciones de las calles y la seguridad en áreas turísticas clave, enfatizaron que el liderazgo local tiene poder limitado para contrarrestar las tendencias nacionales.
Por ahora, los comerciantes dicen que se están preparando para un duro invierno y esperan que el resto del verano traiga algo más que sol.
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