Tras dos incidentes viales ocurridos en San Francisco, la empresa Cruise, propiedad de General Motors, ha aceptado reducir a la mitad su flota de taxis autónomos en la ciudad mientras se investigan los choques.
La Comisión de Servicios Públicos de California (CPUC) advirtió que podría retirar los permisos de operación de Cruise si se determina que estos vehículos representan un “riesgo irracional para la seguridad pública”.
Uno de los incidentes involucró a un taxi de Cruise que chocó con un camión de bomberos en una intersección. La empresa alega que el vehículo tenía luz verde y no pudo detectar a tiempo al camión, que estaba en un carril en sentido contrario para evitar un semáforo en rojo. El segundo incidente involucró a un taxi vacío que fue impactado por otro vehículo que pasó un semáforo a gran velocidad.
A pesar de estos incidentes, San Francisco continúa siendo un centro de pruebas para el transporte autónomo, con empresas como Loop realizando pruebas piloto en la ciudad. El auge del transporte autónomo plantea desafíos significativos en cuanto a la seguridad y la integración con sistemas de transporte existentes.
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