El primer ministro británico, Keir Starmer, anunció este lunes la construcción de hasta 12 submarinos de ataque, en su plan de rearme para hacer frente a las tensiones mundiales y a la “creciente” amenaza que representa Rusia.
“La amenaza es cada vez más sería, más inmediata, más imprevisible que nunca desde la Guerra Fría”, afirmó Starmer, en Glasgow, Escocia, donde anunció el plan, desde una tarima con el lema “Securing Britain’s future” (Asegurando el futuro de Gran Bretaña).
La docena de submarinos, de propulsión nuclear, se enmarcan dentro del programa de su alianza militar Aukus, con Estados Unidos y Australia.
Su ministro de Defensa, John Healey, fue aún más claro el pasado domingo en una declaración a la BBC, “la nueva estrategia de rearme es un mensaje dirigido a Moscú”, aludiendo a la amenaza “creciente” que representa Rusia desde su invasión de Ucrania en 2022.
Starmer confirmó además que el país británico piensa invertir 15 mil millones de libras (20 mil 177 millones de dólares aproximadamente) en su programa de producción de ojivas nucleares. El anuncio forma parte del “refuerzo de nuestra disuasión nuclear como garante última de nuestra seguridad y protección”, señaló el líder.
El Gobierno también destinará 1.000 millones de libras (1.200 millones de euros) a un nuevo Mando Cibernético para impulsar las operaciones cibernéticas y la capacidad digital, así como 1.500 millones de libras de financiación adicional para reparar y renovar las viviendas de las fuerzas armadas.
Estas inversiones deberían contribuir al objetivo británico, anunciado a principios de año, de aumentar el gasto en Defensa hasta el 2,5% del Producto Interior Bruto en 2027 y hasta el 3% en la próxima legislatura.
Reino Unido, miembro de la OTAN, copresidirá el miércoles una reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania, cuyo objetivo es coordinar el apoyo militar a Ucrania en respuesta a la invasión a gran escala de Rusia, en la que participan 56 países. Los ministros de Defensa de la Alianza se reunirán el jueves para proseguir las conversaciones sobre el aumento del objetivo de gasto en Defensa desde su actual nivel del 2% del PIB.
Los aliados parecen haber llegado a un objetivo del 5% del PIB, una cifra reclamada en repetidas ocasiones por Trump, aunque se dividiría en dos: un 3,5% del PIB para gasto militar y otro 1,5% para gasto relacionado con la Defensa, incluyendo, por ejemplo, infraestructuras y ciberseguridad. El nuevo objetivo será aprobado por la OTAN en una cumbre que se celebrará en La Haya a finales de este mes.
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